Categoría: Investigaciones
Se llegó a decir de ellos que eran
monumentos levantados por gigantes. Algunas de sus piedras superan
las 150 toneladas y su orientación astronómica es tan precisa que
se pensó que solo poderosos druidas pudieron haber logrado tal
proeza. Sin embargo, la realidad que subyace bajo el Dolmen de Soto, en la localidad de Trigueros, es su verdadero misterio. Construcciones
levantadas por el hombre hace más de 5.000 años cuyo sentido aún
se nos escapa a nuestro corto entendimiento de hombres del siglo XXI.
Es un monumento megalítico funerario
de corredor hallado en 1923 por Armando de Soto, en el que se
encontraron 8 cadáveres correspondientes a los primeros Homo
Sapiens. haciendolo un importante mausoleo de la Edad del Cobre.
"Sólo he encontrado restos de ocho cadáveres en siete sitios distintos, con la particularidad de encontrarlos todos junto a las piedras verticales como a unos ochenta centímetros del suelo del dolmen. Dichas piedras verticales tenían siempre signos toscamente grabados."
Carta de Armando de Soto al
profesor Hugo Obermaier
Catalogado como Monumento Nacional, su
primer estudio y excavación lo realizó en 1923 Hugo Obermaier, tras
su descubrimiento por los obreros agrícolas que trabajaban en la
zona.
El dolmen de Soto puede ser
clasificado dentro del tipo de corredor y cámara en "V".
Se halla cubierto por un túmulo
y tenía un anillo perimetral de piedras del Neolítico que lo delimitaban, demostrando ahí su carácter de Templo, diseñado para el culto a la muerte, veneración a sus Dioses y tributo y honor a los antepasados.
Con sus 20,90 metros de largo es unos
de los de mayor longitud de la península.
Su altura interior es igualmente
considerable desde los 1,45 metros de la entrada, que progresivamente
va en aumento hacia la cámara, donde alcanza los 3 metros.
El pasillo o corredor a 4 metros de la
entrada se estrecha mediante el enfrentamiento de dos ortostatos
formando como una puerta de acceso al área que llega hasta la
cámara.
Los numerosos grabados que enriquecen
sus paredes constituyen uno de los más importantes conjuntos
simbólicos de la Península Ibérica y se hallan constituidos por
simples líneas, cazoletas, "puñales", ídolos, figuras
antropomorfas y otros signos.
Se conserva gran parte el túmulo de
cubrición, que con sus 75 metros de diámetro, destaca de forma
estratégica en el paisaje de suave llanura en el que se enclava. Es
decir está construido para ser visto, por lo que su carácter de
hito territorial puede al menos sospecharse.
El ajuar funerario que acompañaba a los
difuntos se componía de hachas pulimentadas, cuchillos de sílex,
vasijas de cerámica a mano, cuentas de collar, un brazalete de hueso y
algunas conchas marinas, que desgraciadamente se hallan en paradero
desconocido.
Durante nuestro recorrido por su interior, y su historia acompañados de la guía, quien nos iba explicando paso a paso las interpretaciones de los signos grabados, los detalles del material, composición de las piedras, pasado y presente del templo, solo pudimos notar la paz interior que emanaba, el ambiente cálido que nos rodeaba, hacia recordar en cada instante el respeto que el lugar merecía, denotando ser un templo por encima de cualquier etiqueta actual de museo o monumento.
Solo echamos de menos una interpretación de lo que los grabados representaban, pues solo se identifica que representan, pero no con que motivo se realizaron, puede ser simple decoración, pero al saber que los Dolmen son Templos, cada decoración, cada linea, tiene su significado religioso, quizas las representaciones de cuchillos era la definición gráfica del cuchillo ceremonial usado, los grabados de hombres podían representar a la persona ahí enterrada, o al hombre por encima de las cosas, o seria su Dios, ...
Poco queda del Neolítico para poder aprender mas de el, pero todo pueblo que olvida su pasado esta condenado a revivirlo, de modo que para poder comprender y respetar mas nuestro pasado es necesario profundizar mas en nuestras raíces y comprenderlas, quizás aquí, en este Dolmen, poseemos un punto de energía como pueden ser las pirámides Egipcias, que lograron un punto muerto en su centro por el que no existe el tiempo, permaneciendo todo lo ahí depositado indemne por los siglos de los siglos, y no lo estamos sabiendo aprovechar.
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